En nuestro peregrinar cristiano surgen muchas preguntas a cuestiones aveces complejas y otras veces simples. No creo saber como definir esta cuestión. Pero bueno, miremos esta historia y meditemos:
Había una vez una joven ciega que se odiaba a si misma, y a todo el mundo por ser ciega.
Odiaba a todos, menos a su prometido quien la amaba a flor de piel. Un día, consiguió un par de ojos sanos. La operación no se hizo tardar y pronto obtuvo este precioso regalo. Cuando lo hizo, su novio emocionado le preguntó si se casaría con él, a lo que ella respondió con un rotundo NO, porque se dio cuenta que EL era ciego .
El novio, triste, lo comprendió y se despidió de su vida.
En su partida le dijo:
Tan solo te pido que cuides muy bien de mis ojos pues te los regalé y ahora son los tuyos.
Te amo
La Historia es Bella, pero quisiera que nos enfocáramos en la parte en la que ella recibe la vista y de repente... abandona a la única persona que realmente la ha amado. ¿Creo que en esta historia es fácil ubicarnos, verdad?
Por ende, es inevitable hacerme esta pregunta, ¿Por qué amamos a Dios?
Yo lo he dicho infinitas veces pero, ¿Realmente lo sentía, como cuando decía que amaba mi familia, novia, amigos y hasta cuando yo expresaba amar la comida?
Buscando profundamente dentro de mi, en los días en los que no oraba o tenía intención de madurar en el cristianismo me hice esta pregunta. Era imprescindible para mi, ya que no sabía si realmente amaba a Dios y mis actos muchas veces no lo reflejaban. Sentía que lo amaba pero era más: Que estaba contento con lo que me había dado o cuando las cosas salían bien. Había obtenido la vista y muchísimas facilidades, obtuve amistades, verdadero amor incondicional y de repente... se me olvidó Dios y entonces me entretuve con los regalos que el mismo me dio. Me olvidé de la oración y caí en el mismo pecado una y otra vez. Pero, hubo una luz al final del túnel y todo comenzó para mi cuando me pregunté, ¿Por qué amo a Dios? (a parte del cliché "murió por mis pecados")
Y encontré que no lo sabía, medité profundamente y luego de varios días ENTENDÍ y pude VER, con estos ojos que el mismo me regaló para ver la plenitud de las bellezas que ÉL ha creado, que en mi caso:
-El SIEMPRE está conmigo, puedo sentirlo cuando lloro abatido por mis pecados, aunque le fallo una y otra vez aveces con lo mismo y lo mismo y lo mismo. Me siento culpable pero el me alivia y ya no me siento así. Osea, me ha liberado de esas pesadas cadenas.
-Me enseña a dar cada paso en mi vida. Al principio no sé a donde voy pero de repente, me doy cuenta que está ahí cuidándome, lo sé. Ahora estoy seguro, ya no tengo miedo, no más.
-Envía ángeles y amigos para que yo pueda salir adelante y me ha cuidado en infinidad de ocasiones, Estoy convencido.
-Me ha enseñado a perdonar a otros y no sentirme cargado al momento de Orarle. Todavía estoy aprendiendo mucho sobre el perdón.
-Me ha enseñado a perdonar a otros y no sentirme cargado al momento de Orarle. Todavía estoy aprendiendo mucho sobre el perdón.
-Y... Le dió una esperanza con un verdadero sentido a mi vida. Un sentido que trasciende a esta vida, ya que no se trata de esta vida, soy extranjero.
Hay otras miles de razones, pero estas las he vivido en carne y hueso. Estoy convencido de que lo amo, como mi amigo (Raya), con compromiso (Ahava) y con pasión por sus obras (dod).
Y tú, ¿por qué amas a Jesús? en detalle, en tu vida, en lo real...
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